

Maspalomas, 18 de Septiembre de 2011.
Querida hermana:
Parece ser que ha levantado un cierto revuelo la aparición de esa página que has creado con una galería virtual de los cuadros. Sobre todo desde que pueden acceder a ella a través de Facebook (¿Se escribe así?) Ya sabes que yo no miro en ese lugar de chafardeo universal pero me llegan noticias a través de ciertas personas que siempre están atentas a los comadreos, sobre todo si pueden hacer daño al prójimo. Parece que hay quien opina o sentencia que me salto las normas de la más mínima decencia. Como si no supiéramos que las normas y las leyes son tan etéreas e inestables como los que las inventan para su propio provecho y que es una tontería vivir toda una vida aterrados y sometidos cuando sabemos que lo bueno de hoy será malo mañana y viceversa.
También yo, hermana, también yo me he sometido por pura ambición a las manipulaciones de los intermediadores. Me he puesto a los pies de los editorialistas, de los galeristas, de los comercialistas de la cultura. ¿Y para qué?
Hay más intermediadores que creadores. ¿Y sabes cuales son los peores? Los que intermedian con dios. Ellos comercian con nuestra ignorancia y nuestros miedos, parásitos que se alimentan de nuestra carne y de nuestro espíritu, dándonos a cambio bendiciones y palabras huecas.
Un abrazo muy fuerte, de tu fiel hermano.
Carta nº2
